Romanticismo nostálgico
y presente de gran dinamismo, tesoros artísticos
imperiales y manifestaciones musicales de altísimo nivel unidos
a la
hospitalidad y al encanto: Viena tiene mucho que ofrecer.
Viena es antigua,
Viena es moderna: un contraste que se manifiesta con
más intensidad en el centro de la ciudad. La catedral de San Esteban,
con sus 137 metros de altura, uno de los símbolos de Viena, se
refleja
en la fachada acristalada de la postmoderna casa Haas. Ésta, así
como la
catedral, ofrece un espléndido panorama sobre los tejados de la
ciudad.
Quien quiera descubrir "con clase" las calles y las callejuelas
estrechas del centro histórico, lo puede hacer alquilando un "Fiaker":
Coches de caballos conducidos por cocheros con bombín, pasan lentamente
por el adoquinado...
La combinación
de elementos fuertemente tradicionales como la
institución del café y el "Heurigen" (taberna
del vino joven), que
reflejan la forma de ser de los vieneses, y de elementos ultramodernos
como los famosos eventos de carácter internacional, desde el Life
Ball
hasta el festival de música electrónica, transmiten un estilo
de vida
que los turistas de hoy buscan: la posibilidad de elegir, según
el
carácter de cada cual, entre la paz y la tranquilidad o la acción
estimulante.
Sin embargo, Viena
debe su especial encanto a la sugestiva unión entre
la nostálgica atmósfera imperial y la activa vida cultural,
que engloba
ya sean las tendencias más actuales o bien los cuidados dirigidos
a su
preciosa herencia y a sus amables tradiciones. La arquitectura de los
tiempos de la monarquía danubiana define su aspecto: los esplendorosos
edificios de todas las épocas y su generosa estructura urbanística
hacen
olvidar que se trata de la capital de la pequeña república
austríaca, de
tan solo ocho millones de habitantes - todavía hoy se siente la
romántica atmósfera imperial.
La herencia
de los Asburgo está presente por doquier en la arquitectura
y en la tradición cultural: se pueden seguir los pasos de los
emperadores en el Schönbrunn, la antigua residencia veraniega de
los
emperadores Asburgo, y también en el Palacio de Hofburg, que fue,
hasta
1918, sede del gobierno de los emperadores Asburgo y donde hoy se
encuentra el famoso tesoro.
Pero no son
solo los numerosos edificios de época imperial los que hacen
de Viena una ciudad llena de belleza y de cultura: aquí pueden
ser
admirados también los museos, colecciones y obras de arte de fama
mundial. Como por ejemplo el Museo Histórico-Artístico,
con la más
amplia colección de pinturas de Bruegel que existe; o las numerosas
obras de Gustav Klimt y de Egon Schiele expuestas en la Galería
Austríaca Belvedere. De gran actualidad: el Barrio de los Museos,
desde
su finalización a mediados de 2001 se ha convertido en uno de los
mayores centros culturales de Europa, con el Museo Leopold, en el cual
está representado el arte moderno austríaco, y el Museo
de Arte Moderno,
que ofrece una visión panorámica del arte internacional
y austríaco del
siglo XX.
Ciudad de la música,
de la tradicional a las nuevas tendencias.
La gran importancia
que siempre se le ha atribuido al arte en Viena ha
estimulado en cada época la creatividad local y ha atraído
a los
artistas extranjeros. La ciudad ofrece a sus visitantes 50 teatros,
entre los cuales hay tres teatros de la ópera y dos teatros para
musicales, 100 museos, teatros de renombre festivales de música
y
danza. Además, aquí se dan cita personalidades relevantes
que, con
frecuencia y muy gustosamente, presentan ante el público ambiciosas
exposiciones. Todo esto da vida, durante todo el año, a una programación
extraordinariamente rica y transforma Viena en una de las más destacadas
metrópolis de la diversión y de la cultura de toda Europa.
Viena es famosa
en todo el mundo por ser la ciudad de la música. En
ningún otro lugar del mundo han vivido tantos compositores de fama
mundial como aquí: desde aquellos que han nacido aquí, como
Schubert,
Strauss, Schönberg, Berg, hasta aquellos que escogieron Viena como
su
ciudad de adopción, como por ejemplo Haydn, Mozart, Beethoven,
Brahms,
Mahler y muchos otros. La maestría de la Filarmónica de
Viena tiene fama
internacional, seguidos de la Sinfónica de Viena y de otras orquestas
de
la ciudad. La Wiener Staatsoper (opera de Viena) está entre los
teatros
de la ópera de más renombre en el mundo y, además
de este, la ciudad
alberga otros dos teatros de la ópera. El "Wiener Saengerknaben"
(coro
de voces blancas) entusiasma a los amantes de la música de todo
el
mundo. Además de por la música clásica, Viena está
destacando cada vez
más como metrópolis del musical; y recientes éxitos
en el campo de la
música electrónica demuestran que también aquí
se producen los sonidos
más actuales.
Wien
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